Nos desplazamos a Sant Llorenç, pueblo del Levante de Mallorca para conocer un poco más a los Campeones Absolutos de esta temporada 2021. Ellos son Jordi – Tolo.
Contadnos ¿Cuándo empezasteis?
Tolo: Empecé el año 1981. En aquel entonces tenía buches y uno de mis vecinos tenía mensajeros y poco a poco me enganché a estas últimas. En casa nadie tenía palomas, y descubrí que tenía un aliciente que el mundo de los buches no tenía.
Jordi. En el 1991 yo empecé. En casa mi padre trajo palomas, básicamente para comer, pero quería encontrar otro uso y al igual que Tolo, un vecino llamado Pedro Fabrer, que tenía mensajeros, me dejo subir al palomar y ese día ya me enamoré.
Jordi, Tolo, y el tándem, ¿Cuándo?
Jordi: Resumidamente, en el año 2010 mi hermano gemelo, que viajaba conmigo, se casó y por varios motivos dejo las palomas, y a mí todo esto solo me venía un poco grande y se lo propuse a Tolo.
Tolo: Puedo decir que tuve unos años muy buenos estando solo, otros de desmotivación por la gripe aviar y demás, y más adelante, por circunstancias personales y vueltas que da la vida, dimos paso al tándem, y aquí estamos.
Ambos tienen las mismas palomas, mismas sangres, solo que cada uno posee sus propias palomas de cría. De esta manera, tal y como nos dice Jordi, si algún día pasa cualquier cosa, cualquier enfado, lo que sea, cada uno con lo suyo. Así no hay líos.
Al lío, ¿qué es para vosotros haber logrado un 1o del Grupo Mallorca?
Tolo: A nivel particular, cuando la motivación era enorme, llegue a ganar 5 sociales, pero particularmente, ganar este ha sido el máximo. Todo con palomas designadas, con la cantidad que tenemos, creo que tiene mérito.
Antaño, el social de Manacor era muy potente, compuesto por más de 20 socios. El Club decayó bastante debido a ciertas circunstancias, y el año pasado para dar más emoción y valor nos pusimos el objetivo de ir a por el GM, pero la temporada no terminó debido a la pandemia, pero esta temporada lo hemos conseguido.
Jordi: Lo mejor de todo es que si ven las listas de palomas marcadas, verán que no son palomas repetidas las que nos puntúan, sino varias, cosa a la que damos mucho valor.
¡Este año, ha sido la bomba! Subcampeones Regionales, Campeones del Nacional de Pichones, Campeones Absolutos del social y Campeones del Grupo Mallorca, dando a este último más valor. Muy contentos.
¿Disciplinas preferidas?
Jordi: Gran fondo, sin duda. Nunca me ha emocionado una paloma de velocidad, todo lo contrario de Gran Fondo. Hay que ponerse metas ya que los hay que tienen palomas por tener.
Tolo: hace dos años vimos llegar el mismo día una paloma de Ayamonte. Para nosotros marcar un Ayamonte el primer día es importantísimo. El segundo día, hay muchos rivales que nos perjudican. Además, al estar más lejos, a la paloma le quedan mínimo 50-70km para recorrer el día siguiente si entran por Palma, que quien sabe todo lo que se encuentra. Prefiero evitar el día malo, no buscar el bueno. Para mí es clave que las primeras Ibizas y las velocidades vayan bien. Si van mal, te queda el palomar cojo. No soy partidario de siempre buscar el viento de poniente, pero para las sueltas de Gran Fondo sí, es necesario.
La paloma que llegue a casa el primer día y así, como decimos por aquí, dormimos tranquilos dice Jordi. La afición se crea si vienen palomas. Si no vienen palomas, ¡los socios no vienen ni a dejar el reloj!
¿Qué líneas cultiváis?
Tolo: traje tres palomas de fuera; Van de Weguen, Jack y una de la Ponderosa. Estas tres palomas fueron máquinas. También trajimos palomas Van Geel, más concretamente de Michael Buijk. Eran muy consanguíneos, pero logramos marcar un hijo directo de Ayamonte de este último.
Jordi: Recuerdo que me fui a la Ponderosa, y le dije que queremíamos Van de Weguen, pero me decían, llévate Wijnands. Me negué, pero al final me llevé dos. Vi que compitieron muy bien. Mas adelante, en una subasta compré 3 parejas. Fueron bien y los cruzamos mutuamente, creando una bomba.
Tolo en casa tiene palomas fijas, yo en casa tengo más popurrí. No mezclamos si no es para mejorar. Cuando introducimos palomas, miramos si por sí solos ya dan buenos resultados, si no ya ni cruzamos. Si vemos que la cosa más o menos va bien, ya los mezclamos, y damos una oportunidad.
Contadnos un poco, ¿qué sistema de vuelo utilizáis? ¿Cómo alimentais?
Ahora las tenemos criando dos puestas a las viajadas, pero el mes que viene separadas. Viajamos toda la temporada sexos separados. Siempre se ven a la llegada, sea de suelta como entreno.
Jugamos con el sistema Round-about, que consiste en soltar las hembras, pasar los machos al palomar de hembras y las hembras entran en el de los machos y así, una rueda. Las hembras al entrar al palomar de los machos, en los nichos, parecen buches,
ya que siempre están perchas y se ilusionan al ir a sus nidos y llaman a los machos mientras estos vuelan.
Por trabajo, Tolo viene y suelta las hembras y las deja sueltas hasta el mediodía y después las cierra y suelta los machos. Un día vuelan a su antojo y día siguiente un poco más forzado una horita. Lo hacemos así porque es la única manera que se nos permite, por trabajo. No deja de ser rutinario para las palomas.
En cuenta a la alimentación, hacemos nuestra propia mezcla. Damos dos veces de comer en concurso, y en verano una vez y gracias. Nos gusta que de pichones no se acostumbren a vivir como Reyes.
Siempre ha habido debate a esto, ¿jóvenes o viajados?
Tolo: yo siempre participaba valorando los pichones y les daba mucha caña, pero des de que hacemos este sistema me llena más la llegada de un viejo. No designamos nunca pichones salvo en las sueltas que se requiere.
Jordi: cuando tienes tantas palomas, llegas a no saber que pichón es cual, pero con los viejos vas más tranquilo a enjaular. Sabes que es una paloma segura y que difícilmente fallará.
En las que tenemos que designar pichones, lo hacemos por sangre. Sabemos las parejas buenas, y de esas designamos, y normalmente cumplen.
Jordi, Tolo. ¿Qué creéis que conduce al éxito?
Jordi: Tres palabras. ¡Salud, salud y salud! Antiguamente, no teníamos veterinarios, no teníamos conocimientos. Aquí, en Mallorca era costumbre escuchar: “el año que viene ya será mejor”, y esto en países nórdicos es impensable. Es una frase para palomeros y no colombófilos, que tanto les da tener gallinas como palomas. Ahora tenemos la posibilidad de poder mejorar nuestras palomas ya sea con alimentación, medicación, etc. Quien no lo hace, es porque no quiere.
Es importante la raza, la línea de palomas. Una línea que funcione, la que sea, pero que funcione, y que este adaptado a tu sistema.
Tolo: La rutina es primordial, dentro de tus posibilidades. Tener una línea, como dice Jordi, que se haya adaptado a tu sistema, disciplina y, sobretodo, salud.
¿Recordáis alguna experiencia imborrable?
Tolo: ver llegar palomas de Ayamonte, queda gravado. Después, otro año, que soltamos de Cap de Bou, y no había casi palomas en Mallorca, yo llevaba una paloma que no podía fallar, y la veía acercarse entre los campanarios y la marqué. Esa sensación de saber que una paloma tiene que venir sí o sí, y se cumple.
Jordi: el Ayamonte, el primer día, impresiona y también
recuerdo la suelta especial de Barcelona, que marcamos un pichón, el único comprobado. ¡En concurso solo llegaron dos palomas!
Recuerdo un Puertollano de antaño, suelta de la que regresaron unas 14 palomas en el Club y yo cronometre 7 de 7.
Tándem, ¿Qué exigís para que una paloma se quede en la cría?
Jordi: Dejamos por sangre y no por hechos. Ojalá todos hicieran dos Ayamontes, claro. Internacionalmente, ves palomas muy bien marcadas, pero ¿cuántos hijos lo hacen igual de bien? Por eso es tan importante la sangre. De hecho, tenemos palomas de Ayamonte criando y otras volando. Creemos en unas características físicas, que son el equilibrio y miramos el ojo a la hora de decantar una paloma a la cría, para volar no, pero para criar sí. Es una manía nuestra ya que es un factor común que aquí se ha dado.
Tenemos más palomas en el palomar sin viajar que viajadas.
A los jóvenes les exigimos una península, ya sea “fácil” o difícil. Y guardados.
Algo más personal, ¿cómo os definís como colombófilo?
Jordi: Apasionado y, aunque no lo demuestre, soy muy competitivo, ¡a muerte! Cuando enjaulo voy a ganar, hasta en las Ibizas.
Tolo: yo me regulo más que Jordi, soy competidor, pero me
controlo. Soy muy persistente y estoy muy pendiente de los
animales. Soy muy rutinario todo el año, aunque fallemos. Si empezamos cojos, acabaremos cojos. A la larga salen los resultados.
¿Cambiaríais algo de nuestro modo de competir?
Tolo: Para mí deberían cerrarse las carreras al 30%. Todas las palomas puntuarían. Así viajan a nivel mundial. De esta manera evitamos que si una paloma regresa de un Marbella, Ayamonte, o una suelta en la que llegan pocas palomas, y no es designada, te pueda puntuar. Las posibilidades para los que tienen muchas como pocas palomas son las mismas, ya que el 30% es para todos por igual. Este año, por ejemplo, un Ayamonte del 1,6%, si te viene una paloma que no es designada es como si no hubiera venido, ya que no puntúa para el absoluto.
Por otra parte, puedo decir que, en cuanto a fechas, estoy totalmente de acuerdo, ya que opino que pasado abril o mayo ya no se puede volar y para terminar me gustaría decir que se debería hacer un plan de vuelo fijo para 4 años, y que si debe discutirse algo, que no sea el sitio de suelta. Que se mantenga el periodo de legislatura.
Jordi: Yo no me había planteado una pregunta así que encuentro que se ha ganado mucho con el tema camiones, relojes electrónicos, etc.
Uno de los objetivos de esta nueva directiva de la Federación es lograr obtener más socios, ¿nos sabríais decir cómo conseguirlo?
La gente está muy acomodada, dice Jordi. Los relojes han mejorado y empeorado. Mucha gente deja el reloj y se va del club, como algo negativo, pero puedes marcar sin estar en casa que eso es positivo si por trabajo no puedes estar esperando. En Mallorca parece que hay mucha separación por tener maneras de pensar, está Mallorca divida y esto puede no ayudar en el ambiente colombófilo, y si no hay ambiente no hay socios. Además, es un deporte que requiere ser algo esclavo, hecho que no atrae.
Tolo: Los colombófilos que quedan son los que quieren guerra, que les gustan las palomas y la competición. Antes había socios que tanto le daba tener canarios que tener palomas, que aun los hay, pero menos. Es difícil hacer socios nuevos, la sociedad evoluciona. Además, la gente no entiende la natura, y la natura es dura, muy dura. No estila ser “de pueblo” estila vestir traje y corbata.
Lo mejor es hacer buenas carreras, que haya buen ambiente entre todos y la gente volverá. Si empieza a haber líos no haremos nada. Que vengan palomas crea afición.
Para ir terminando, ¿algún consejo a los que empiezan?
Importante, pedir parejas a algún colombófilo del club, pero sobre todo que encuentre un veterinario. Pero, más enfocado a la afición, el mejor consejo es que disfrute y que le de una oportunidad a este deporte, que vean nacer unos pichones, los anille y que mínimo las vea llegar de Ibiza, ya se engancharán e irán mejorando, nos dice Jordi.
¿Y tú Tolo? Encontrar a alguien de confianza, que te explique cuatro cosas básicas, evitar comprar palomas cuando empiezas… Una vez tengas ciertas nociones ya crearás tu camino. Pocas palomas y buenas. Pero para tener pocas y buenas hay que criar muchas y hay trabajo que hacer.
Hasta aquí nuestra primera visita a los campeones Jordi – Tolo, con los que, seguro, más de uno aprendería más de una noción para poder aplicar en este maravilloso deporte.
¡Os deseamos mucha suerte en las futuras temporadas!
Rafel Gómez Font